Nadie sabía lo que había dentro de esa caja sin identificar que llegó al aeropuerto de Beirut, en Líbano. La caja, que no tenía escrito ni la dirección del remitente ni la del emisario, estaba cubierta y llevaba unos extraños agujeros.
Cuando siete días más tarde abrieron finalmente la caja, todos se quedaron perplejos al ver su contenido.
Envueltos en sus propios excrementos, y llenos de gusanos, se encontraban tres pequeños tigres siberianos, una especie en peligro de extinción, comenta el periódico británico The Telegraph.
Iban desde un zoo en Ucrania a Siria cuando el retraso de un avión les hizo quedarse bloqueados en Beirut.
Nada indicaba que en la caja hubiera seres vivos.
Estaban en una situación lamentable
Los pequeños tigres estaban en un estado lamentable y apenas podían mantenerse en pie ya que no habían comido ni bebido en una semana. Además estaban llenos de gusanos.
La organización protectora de animales Animals Lebanon consiguieron una autorización judicial para poder cuidar de los pequeños que inmediatamente fueron trasladados a un centro veterinario.
La madre de los tigres había tenido una camada de nueve crías y todos se habían vendido en el mercado negro.
Los tigres están a salvo y tienen los cuidados que necesitan.
Animals Lebanon solicitó confiscar a las crías para que no volvieran a caer en manos de traficantes de animales.
Tras un largo juicio, que duró cuatro meses, se ganó el pleito y los tigres fueron enviados a Francia, donde viven libremente en plena naturaleza.
Aquí puedes ver en el vídeo a estas preciosas criaturas:
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