Había alguien que quería vender un cachorro llamado ”Rocco”, una mezcla de pitbull, después de haberlo tenido solo por un par de meses.
Cuando Kelly visitó a los vendedores y vargó a Rocco por primera vez, supo de inmediato que lo iba llevar a la casa – y que Rocco sería un perfecto regalo de Navidad para la familia.
Pero en camino a casa descubrió algo horrible.
No aguantó más
De Rocco salía un hedor terrible. Finalmente Kelly no aguantó más el olor y aparcó al lado de la carretera.
Cuando le quitó la correa a Rocco descubrió una herida enorme e infectada. Estaba en su cuello y tenía 6 centímetros de largo y 1,5 centímetros de profundidad.
Kelly estaba desesperada y fue directamente al veterinario para ayudar al pobre cachorro lo antes posible.
Llamaron a la policía
El veterinario vendó la herida y le dio los medicamentos necesarios para combatir la infección. Cuando terminó la curación, Rocco finalmente pudo irse a casa con su nueva familia.
Los veterinarios le dijeron a Kelly que Rocco tenía el collar desde que era pequeño, y se le había incrustado en la piel al ir creciendo.
Kelly contactó al dueño anterior quien trató de sobornarla ofreciéndose a pagar la factura del veterinario. Pero Kelly no aceptó y llamó a la policía contándoles lo que había sucedido.
El dueño anterior de Rocco declaró no saber nada de la herida – y culpó a Rocco diciendo que nunca le quitaban la correa porque siempre trataba de escaparse.
Pero al pobre Rocco se le hizo justicia. Los dueños anteriores fueron condenados por maltrato de animales y se les impuso una multa de 1500 euros. En el estado americano donde el suceso tuvo lugar la pena máxima por maltratar a los animales es de 3 años y medio de cárcel – Rocco tuvo la justicia que merecía y ahora vive feliz y sano con su nueva familia.
¡Estoy muy contenta porque Rocco fue salvado y terminó con una familia que realmente se preocupa por él!
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