La perrita Belinha y su dueña, Telma María, han sido inseparables durante cuatro años.
Telma Maria adoptó a Belinha cuando era una cachorrita y desde entonces han sido mejores amigas.
Pero la vida muchas veces no es justa. Telma María enfermó de cáncer y falleció hace un mes.
Pero la perrita Belinha estado al lado de su dueña todo el tiempo, incluso tras su muerte.
La amistad entre un perro y su dueño puede ser muy fuerte. Eso lo saben todos los que han tenido perro.
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El cáncer afectó con fuerza a Telma Maria, y luchó durante mucho tiempo. Belinha estuvo a su lado todo el tiempo.
«Mamá solía decir que la perrita era su enfermera», cuenta su hijo Dionísio Neto.
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Después de un tiempo enferma, Telma María falleció, rodeada de su familia y su perra.
Antes del entierro se reunieron todos para velarla juntos, y Belinha se sentó tranquila con ellos. Ella lo entendía.
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Pero durante el velatorio la perrita dejó a todos de piedra. Se acercó al ataúd de su dueña y cuidó bien de su dueña. Después se quedó allí durante toda la ceremonia.
Solo quería estar al lado de su dueña hasta el final.
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Tras el entierro Belinha estaba preocupada y triste. Era como si quisiera saber dónde estaba su dueña.
Así que la familia decidió llevarla a la tumba.
Tan pronto como llegó al cementerio, Belinha se soltó de su correa y corrió hacia la tumba de Telma Maria, aunque nunca antes había estado allí.
Una vez más demostró el lazo tan fuerte que tenía con su dueña.
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«Incluso desde su tumba, mi madre nos demuestra que el amor no es solo cosa de personas», cuenta Dionisio Neto al periódico Estadão.
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Belinha va a vivir ahora con Dionísio, el hijo de Telma. Pero está claro que nunca va a olvidar a su dueña.
Me ha conmovido tanto esta historia, el amor entre personas y animales puede ser extremadamente fuerte.
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