A casi todos los padres sus hijos les han preguntado si no podían comprarles un perro. Prometen ayudarles sacando el perro a pasear pero esto se mantiene hasta que llueve. Al final son los padres los que tienen que sacarles por la mañana, a la hora de comer y por la noche.
Pero imagínate que te compras un precioso cachorro y meses después resulta que no es para nada el perro que tu creías haber comprado.
Y esto es lo que precisamente le pasó a Ms Wang de China, comenta Animal Channel.
Ella pensaba que se había comprado un Spitz Japonés y luego resultó ser algo completamente distinto. Estuvo viviendo varios meses con su lindo cachorro hasta que empezó a preocuparse.
Cuando el cachorro tenía tres meses comenzó a cambiar de apariencia. La nariz se hizo más larga y puntiaguda, la pelambrera más gruesa, la cola más larga de que lo que es propio en esa raza.
Los demás perros le tenían miedo y Ms. Wangs se vio obligada a llevarle con correa todo el rato.
Finalmente la mujer decidió hablar con un experto.
Se llevó el animal a un parque zoológico local y de inmediato éste llamó la atención de un trabajador. Y resultó que su «perro» era realmente un zorro.
Claramente los zorros son muy parecidos a los cachorros de perro cuando son pequeños. Pero en cuando empiezan a crecer comienzan las diferencias. Además comienzan a oler mal, y a menudo el hedor empeora a medida que envejecen.
Por el tamaño del zorro, seguramente el animal que Ms. Wang se había llevado a casa era un zorro amaestrado.
Y evidentemente a ella la habían engañado.
En China es bastante normal que los zorros se vendan en la tienda de animales. A veces los vendedores te dicen que es un zorro, pero parece que en ocasiones los venden como si fueran perros.
Espero que Ms Wang se haya repuesto del chock por su mascota y que el zorro haya conseguido una casa más apropiada para zorros.
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